miércoles, 11 de abril de 2007

pruebas para el merecimiento:1

Se empesaba a correr un rumor que los tenia muy inquietos, a los aspirantes al cuarto nivel, y por delicadesa nadie se atrevia a preguntar a los maestros si el rumor era cierto, un recomendado de la gran ciudad ( lima capital del peru) vendria a ponerse a prueba. Un ex hombre puente lo recomendaba, con estas palabras el no tiene nada que perder y si mucho que ganar. Fueron citados, los 7 mejores discipulos de los maestros, representando a cada uno de los 7 rayos ; el objetivo era que evaluaran al recien llegado de la gran lima ( capital del peru). Se quedo que, la decicion se tomaria en una asamblea , donde estarian todos, los del nivel mas basico o cuarto nivel tambien llamados los pequeñitos. Hermanos dijo el que representaba al rayo dorado, me dicen que todo apunta a que el limeñito sea dorado; es por eso que se me a pedido representarlo en su ausencia, por pertenecer al rayo dorado como yo. Del resultado de esta reunion dependera todo, fue lo primero que se dijo. Una voz reclamo porque uno de la gran ciudad, no es lo acostumbrado se romperia la tradicion . Muy lentamente, se levanto el que representaba al rayo verde y dijo, eso no es cierto, ya antes paso. Todos lo miraron con incredulidad y empeso el murmullo, eso es imposible, grito alguien al fondo, quien ha sido preguntaron airados, a lo que el representante del rayo verde respondio. El que lo hizo ahora es ya un maestro dijo, agachando la cabeza y voliendose a sentar. La mayoria se tapo la boca en señal de sorpresa, se podia oir el vuelo de un sancudo en la choza. Con ese comentario, se habia terminado de golpe la reunion; al salir, el comentario general era cual de los maestros seria el capitalino. Se acercaron al mas anciano un grupito para cerciorarse, papacho tu que eres antiguo dinos es cierto que uno de los maestros es de la gran capital . El anciano sonrio y dijo si es cierto, solo que cuando apenas el llego; nosotros le hicimos la vida imposible, pero eso fue en 1920 dijo rascandose la cabeza. Pero como sabran no les puedo decir quien es, y se retiro, esa noche en la gran choza nadie pudo conciliar el sueño.

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